Dentro de la Reserva de la Biosfera de Sierra Nevada nos encontramos con la zona núcleo que es parque nacional (donde está prohibida la caza) y las zonas de amortiguamiento y de transición, incluidas en parque natural donde la actividad cinegética es compatible y se regula en base a la normativa de aplicación y los respectivos planes técnicos de caza.
Los ungulados son componentes primordiales en el funcionamiento de los ecosistemas, al formar parte de la cadena trófica. Son a la vez consumidores (herbívoros) y presas, dispersantes de semillas, transmisores y reservorios de enfermedades; erosionan y modelan el paisaje, en definitiva, forman parte consustancial de los sistemas naturales en los que viven. La gestión de estas especies debe tener en cuenta esta doble condición marcada por la zonificación de la Reserva de la Biosfera.
El aumento de las densidades observado en muchas poblaciones de ungulados, ante la ausencia de depredadores, conlleva una mayor presión de herbivoría que impide la regeneración de la vegetación poniendo en riesgo la viabilidad de determinadas especies vegetales y hábitats, favoreciendo además la aparición y mayor propagación de enfermedades infectocontagiosas. Por esta razón en Sierra Nevada se articuló un plan de gestión para todo el conjunto de la Reserva de la Biosfera, como elemento vertebrador de una serie de actuaciones de conservación de las poblaciones de cabra montés y jabalí. Dicho Plan comprende actuaciones de seguimiento y monitorización de las poblaciones de estas especies en el macizo nevadense, así como de las enfermedades que les afectan.